Detective vuelve a las andadas tras un largo silencio
lleno de nuevas experiencias y asuntos que compartir. No encontré otro tema que
me resultase más interesante que el siguiente. ¿Cómo fue la primera calculadora
usada por la raza humana? ¿Cómo se las ingeniaban nuestros más remotos
antepasados para calcular trueques financieros? Te sorprenderá saber que solo
necesitaban un hueso de Ishango (el peroné de nuestro congénere simio babuino).
La historia de la economía nos demuestra que, antes de
la moneda y recursos semejantes, el intercambio de bienes e inmuebles requería
de cálculos precisos para que no te dieran gato por liebre. Los líderes de las
aldeas, ocupados en la supervivencia de esta, podían olvidar sus tratos
comerciales que cerraron días o semanas antes, y así, característicamente en el
homosapiens la estafa y la mentira, se exponían a caer en argucias de otras tribus
comerciantes. Oh sí, el engaño que se usa en cientos de departamentos de
marketing y política tienen una justificación en nuestra supervivencia en la
era de hielo… Mientras usamos trampas para atrapar a los animales pequeños en
la edad de hielo, las bestias gigantes que atrapaban los neandertales morían
por la glaciación, y por ende, se llevó a nuestros primos lejanos mucho más
humildes y sinceros que nosotros los sapiens; dando como resultado la
supervivencia no del más inteligente, sí del que mejor se adapta. Pero ese es
otro tema para otro post.
Lo impresionante del hueso de Ishango radica en las
precisas muescas cinceladas con afiladas piedras, detallando cálculos como
sumas y restas, y en algunos casos hasta multiplicaciones.
Otro dato importante que, lejos de la matemática
simplista de dicho huesos, es que examinados con detenimiento por los mejores
especialistas, no pasó inadvertido el hecho que muchas muescas marcaran un
calendario lunar, y por si fuera poco, todo indicaba que fue el invento de una antepasado
mujer por las coincidencias con el calendario menstrual…
Si te impresionó que un hueso diera tanto de sí, dale
like a este post para que pueda seguir subiendo artículos como este. Muchas
gracias.
David Moreno
Ruiz.
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