Para quitarte
el mal sabor de boca del anterior post, te traigo algo opuesto: un protista
(eucariota simple) que parece de un cuento de hadas: el Noctiluca Scintillans,
conocido como la Chispa De Mar, es responsable de uno de los espectáculos naturales
más bellos del mundo.
Aunque la
dieta de este microbio incluye plancton, bacterias, y huevos de peces, no todo
en él reluce. Cuando abunda el fitoplancton, su principal alimento, la población
de Noctiluca Scintillans aumenta de
manera exagerada, y puede llegar a acumular grandes niveles de amoniaco muy
tóxico para la fauna marítima de su alrededor.
El nitrógeno y
fósforo que vierten los agrícolas de Hong Kong aviva la población de
fitoplancton, y en consecuencia, el microbio crea grandes colonias de azul
turquesa que impactan sobre la salud ambiental de las costas.
La oceanógrafa
Samantha Jove de la Universidad de Georgia (EEUU), señala que esta peculiaridad no es un problema exclusivo
de Hong Kong: nos advierte que la pésima gestión ambiental del hombre las hace
crecer por todo el mundo. Y otros científicos le dan la razón.
Estoy
convencido que muchos negocios al pie de la playa encontrarían atractivo este
fenómeno. Sé que algo tan bello puede pasar inadvertido para el ser humano que,
sin lugar a dudas, suele enamorarse por lo que ven sus ojos. Pero no te dejes
engañar, ¿prefieres unas costas bellas y muertas, o naturales y llenas de vida?
Hazte esa pregunta si tienes la suerte (o desdicha) de cruzarte con un nido de luciérnagas
marinas.
Deseo que este
post te haya gustado leerlo, tanto como a mí me ha gustado hacerlo. Agrégame
a mis redes sociales si quieres ver más contenidos como este. Muchas gracias.
David Moreno Ruiz.
David Moreno Ruiz.
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